Que duro debe ser formarse técnicamente para gestionar funciones por las que servir a los demás y que, un error técnico, humano o de apuradas, termine con tu vida, con la vida de un hijo, hermano, amigo.
Eso pasó con el ARA San Juan. UN siniestro sin respuesta. Un siniestro acontecido durante el gobierno de Cambiemos presidido por Mauricio Macri.
El ARA San Juan estaba siendo actualizado para extender su vida útil y no importa quien se hace los pases de la culpa. El gobierno de turno es plenamente responsable del aquí y ahora.
Un submarino es una instrumento de GUERRA. La guerra es la continuación de la política por otros medios. Esto significa que el Poder Ejecutivo es responsable del uso, mantenimiento y gestión que le da a sus instrumentos de guerra.
La administración de Mauricio Macri se comportó de una forma reprochable y antipática al demostrar cero interés por aclarar el siniestro.
Hay muchas teorías. La más acertada es que las aguas australes estén infestadas de navíos británicos. Si Gran Bretaña atacó un navío argentino, es un ACTO DE GUERRA. Sin embargo, hay que entender las circunstancias y saber que pasó, para considerar un acto de tal magnitud.
Pero el crimen acontecido en el mar fue el acto de mayor perdida de vidas humanas y recursos en época de paz. Un instrumento de guerra menos, una carga financiera más y una tripulación perdida a la que no le dieron ninguna oportunidad.
Y al finalizar su periodo de mandato Macri, ni mucho menos, Cambiemos han demostrado el minino interés, el mínimo respeto por esas vidas y esa perdida millonaria para el pais que ellos aun buscan representar.
Juntos por el Cambio no son los únicos capaces de atropellar al mundo con tal de obtener la victoria electoral.
Esta situación es el resultado y consecuencia de haber entregado los asuntos públicos a la clases política y continuará así hasta que el ciudadano tome su lugar en la política. Porque en la verdadera democracia, no hay políticos, hay ciudadanos.
En todo lo que hacemos hay un riesgo. Lo aceptamos y continuamos con la vida. Pero aunque cambien las caras, la misma idea, bandera y símbolo seguirá un proyecto de gobierno ineficiente, ineficaz y mediocre como el de Mauricio Macri.
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